master plan mocolí
Ubicación: Samborondón, Ecuador
Programa: Master plan (Uso Mixto)
Área: 48.000 m²
Estado: Propuesta
Año: 2020
Imágenes: Squarevoxel
La planificación de este proyecto surge de la necesidad de consolidar el desarrollo urbano de la isla Mocolí, un área de nuevo crecimiento del municipio de Samborondón, ubicado junto a la ciudad costera de Guayaquil. Esta isla, que fue un arrozal hasta finales del S.XX, constituye en la actualidad un área urbana anexa al municipio, donde la relación con el río Babahoyo y la abundancia de flora y fauna autóctonas es todavía impresionante.
Si bien el área de proyecto consiste en una serie de predios ubicados en una urbanización cerrada, el importante límite que estos tienen con el espacio público exterior, supuso para nosotros un factor determinante a la hora de aceptar y desarrollar el encargo. ¿Cómo podíamos contribuir a crear una ciudad más inclusiva, caminable y de una escala más humana y además aumentar la alta plusvalía de la que goza esta zona de la ciudad?
VÉRTICES ORGÁNICOS
Partiendo de la forma de la isla, cuyo perímetro fue redondeado a lo largo de los años por el caudal del río que la rodea y pasando por la planificación urbana que se implementó a finales del S.XX, con directrices orgánicas que definen los trazados de calles y predios, encontramos una clara constante que se ve reflejada de igual manera en la forma de nuestro terreno: la curva.
Con este elemento en mente y buscando crear un concepto que responda adecuadamente a las condiciones climáticas y a un entorno urbano de muy baja densidad y sin volúmenes consolidados de referencia, decidimos plantear un proyecto que reflejara estas directrices orgánicas en su trazado. Esto se observa tanto en la fluidez con la que los zócalos recorren el espacio público, como en la sutileza con la que los volúmenes principales se relacionan con estos.
PATIOS como estrategia climática
Por su clima cálido, la construcción de patios interiores en la provincia del Guayas ha sido siempre recurrente. Como podemos observar en el plano histórico de Guayaquil, tanto los recintos en las manzanas, entendidos como patios de mayor dimensión y uso vecinal, como los patios privados de las viviendas han sido ejes articuladores de la arquitectura y el urbanismo local. De la misma manera, en la imagen de la derecha, observamos el patio interior del Hotel del Parque en Samborondón, un edificio histórico que fue recientemente restaurado y que refleja en su esencia la arquitectura histórica de la región.
Con la idea de mantener esta tradición histórica, planteamos un proyecto que incorpora los dos conceptos: tanto el del patio interior dentro de los edificios principales, como el del recinto que observamos en la parte superior de los zócalos, donde proyectamos áreas verdes que refresquen la llegada a las viviendas y generen agradables áreas de encuentro entre vecinos.
el zócalo y la escala humana
Dada la falta de tejido urbano existente y ante nuestra intención de crear espacios agradables y de escala adecuada para el peatón, decidimos huir del concepto urbano de torre aislada. En su lugar, proyectamos un tejido de zócalos de un nivel que abrazaran en planta baja las torres existentes, que a partir de ese nivel sí que necesitan estar exentas para maximizar vistas y ventilaciones. De esta manera, generamos un sistema de proyecto a doble nivel, donde en los zócalos generamos los espacios de encuentro al aire libre y en las torres los espacios interiores habitables.
Esta estrategia presenta además una doble ventaja: Por un lado nos permite ocultar los aparcamientos en los edificios de vivienda, reduciendo la huella paisajística de los mismos y sirviendo el zócalo en su parte superior de espacio de encuentro vecinal y por otro lado, en el desarrollo hotelero y de oficinas, nos permite articular los accesos principales, garantizando la seguridad sin necesidad de muros y permitiendo a su vez el desarrollo de un frente comercial que aumentará la vida urbana y generará mayor seguridad.
doble piel para el control térmico
La importante incidencia solar y el calor de la Isla Mocolí, que además de estar junto a la Línea Ecuatorial, se ubica en una región de clima cálido y húmedo, nos llevó a buscar un sistema de fachada que aprovechara las estrategias pasivas para reducir el uso de climatización y en consecuencia la huella de CO2. De esta manera, apoyados en conceptos arquitectónicos existentes en las construcciones históricas de Guayaquil, decidimos proyectar una fachada que combina un sistema de lamas exterior, que permite filtrar la vista y reducir el impacto solar, con una franja vegetal intermedia que refresca el ambiente y proyecta sombra generando un voladizo y unos techos interiores de gran altura que permiten mantener fresca la parte habitable de la estancia.
Bulevar y plazas, sistema de espacio público
En la frontera entre lo privado y lo público, buscamos a toda costa eliminar los muros como cerramiento pero sin perder privacidad y seguridad. La colocación de los edificios de programa más público y la flexibilidad del zócalo que los une nos permitieron crear un frente de calle público estructurado a través de una gran plaza central y dos pequeñas plazas ubicadas en los patios interiores de los edificios, que se cosen a través de un bulevar. Este paseo, de gran sección, bien arbolado y con la actividad que le aportan los comercios, pasa a convertirse en un espacio agradable para el caminar y la estancia de vecinos y visitantes.