ETV BOGOTÁ
Ubicación: Bogotá, Colombia
Programa: Consultoría / Residuos sólidos urbanos
Año: 2019
Estado: Consultoría finalizada
Colaboradores: Ana Grijalva, Juan Francisco Hidalgo
Fotografía: Diego Puente
En Bogotá, la presión generada en el sistema de gestión de residuos es insostenible y peligrosa para el medio ambiente y la salud humana. Actualmente más de 2 millones de toneladas al año terminan en el Relleno Sanitario Doña Juana y únicamente 18% de los residuos son aprovechados y reincorporados en la economía capitalina.
Frente a esta preocupación expuesta por el cliente, planteamos la transición de un modelo lineal a una gestión circular de residuos sólidos en Bogotá mediante la construcción de Estaciones de Transferencia y Valorización (ETV). El modelo circular que ideamos requiere del involucramiento de distintos actores, y la adopción de tecnologías e infraestructura óptimas para este propósito. Pensando en la gente, el ambiente y el encadenamiento de las cadenas de valor, nuestra propuesta genera impactos positivos a varios niveles en marco de una economía circular.
Diagnóstico
Lo primero que nos impactó es que la generación de residuos sólidos en Bogotá alcanzó un promedio de 0,93 kg por habitante al día en 2019, sumando un promedio de 7 mil toneladas diarias. De este modo, al ritmo de crecimiento poblacional actual, la presión generada en el sistema de gestión de residuos es insostenible y peligrosa.
Además, encontramos que en el modelo lineal de gestión de residuos actual, los consumidores generan desechos que colocan en la calle, y las empresas de aseo los recolectan y disponen en el Relleno Sanitario Doña Juana, sin un tratamiento previo para la valorización de los residuos. Una vez en el relleno, termina la vida útil del 82% de los residuos generados en Bogotá, que suman en la actualidad más de 2 millones de toneladas al año.
concepto
Luego de analizar la información que recabamos del estado actual del sistema, exploramos la manera de utilizar el material aprovechable en los procesos productivos a través de acciones que aseguren una gestión circular de residuos sólidos. Así, el ciclo de vida de los productos no termina en el relleno sanitario. Consideramos que en un modelo circular es necesario contar con infraestructura y tecnología adecuadas para dar una segunda vida a plásticos, celulosas, vidrio, metales y otros materiales aprovechables.
De esta manera, garantizamos el aprovechamiento de los materiales en otros procesos productivos, aminoramos el impacto ambiental, generamos fuentes de empleo y dignificamos los trabajos de los recicladores de base. Este modelo circular requiere esfuerzos para articular a los actores asociados a la gestión integral, incluyendo el gobierno local, las empresas de aseo, las asociaciones de recicladores y la ciudadanía, entre otros.
Implementación
En las estaciones de transferencia convencionales se lleva a cabo la transferencia y compactación de residuos desde varios vehículos recolectores a vehículos de mayor capacidad que los llevan al sitio de disposición final de una manera más económica.
Nosotros proponemos incorporar en estas instalaciones los procesos de aprovechamiento de materiales, implementando tecnologías de separación y valorización de residuos aprovechables; así, disminuimos significativamente las toneladas de residuos enviadas al relleno sanitario y contribuimos con la sostenibilidad ambiental del sistema. En este sentido, reformulamos el concepto tradicional y proponemos la implementación de las Estaciones de Transferencia y Valorización de residuos (ETV), mismas que con la tecnología y la inversión adecuadas pueden darle una nueva vida a los desechos para ser reinsertados de nuevo como materia prima en el ciclo de producción, previo tratamiento.
Estamos seguros que en grandes ciudades como Bogotá la construcción de ETV es beneficiosa dado el gran volumen de residuos generados al día. Un beneficio es la reducción de los costos de transporte y la emisiones de gases de efecto invernadero emitidas.
Proponemos ubicar la ETV cerca al centroide del área de recolección y cerca de las vías de acceso principales. Las normativas locales respecto al uso del suelo también dictan su ubicación. Por ejemplo, en Bogotá las ETV deben limitarse a una distancia determinada de equipamientos educativos y sanitarios, así como de áreas protegidas como parques y humedales.
De esta manera, proponemos la implementación de un sistema integral de gestión de residuos que contempla las siguientes fases:
Fase 0: Planificación, estudios y educación
Durante esta fase, que se alarga más de un mandato municipal, se llevan a cabo estudios, pruebas de tecnología, licitaciones, y procesos participativos con la población recicladora y la ciudadanía.
Fase 1: Proyecto piloto
La implementación de un proyecto piloto permite estudiar la viabilidad real del nuevo sistema de gestión circular de residuos sólidos en Bogotá. Por una parte, se pondrá en funcionamiento una ETV con una capacidad limitada de 20 toneladas, ubicada en el lote que en un futuro albergará la planta definitiva. Por otro lado, se implementan procesos de socialización y vinculación de actores mediante acciones y proyectos en los distintos eslabones de la cadena de gestión de residuos, buscando el desarrollo de un modelo circular sólido y viable a largo plazo.
Fase 2: Prueba y expansión
Durante esta fase se plantea implementar la primera ETV, trabajando a una capacidad del 50% y aplicar el nuevo modelo de gestión de residuos sólidos en un área mayor de la ciudad.
Fase 3: Repotenciación y expansión
Una vez probada la tecnología a una mayor escala y con los resultados de la primera aplicación del sistema, esta fase permite expandir el modelo circular al resto de la ciudad, implementando un total de cuatro estaciones de transferencia. En paralelo, en la primera planta se prueban tecnologías de separación más avanzadas para aplicarlas posteriormente al resto de plantas.
Fase 4: Proyectos a futuro
Con el objetivo de alcanzar zero waste to landfill, es decir, cero residuos al relleno, se contempla la incorporación de un incinerador para los residuos no aprovechables en la planta principal y en las plantas secundarias.
IMPACTO
SOCIAL
Reconocimiento de actores invisibilizados, y creación de mesas de trabajo entre el gobierno local, las empresas de aseo, las asociaciones de recicladores y la ciudadanía.
Apoyo al desarrollo profesional, la formalización y mejora de las condiciones de vida de la población recicladora.
AMBIENTAL
Reducción de emisiones de gases a efecto invernadero en 309 millones de kg CO2 al año, por una reducción de los kilómetros recorridos con implementación de ETV.
Prolongación de la vida útil del Relleno Sanitario Doña Juana.
ECONÓMICO
Reducción de hasta un 50% en los costos de recolección de basura para la ciudad.
Potenciación del modelo de economía circular, generando de puestos de trabajo e ingresos vinculados a una industria sostenible